Definimos derechos asertivos, como aquellos que
los seres humanos asumimos y tenemos por el sólo hecho de ser personas.
Esto implica que son válidos para nosotros, pero igualmente para todos lo
demás. Ejercerlos implica lealtad hacia ti mismo y respeto hacia los
demás. Todo un aprendizaje y un ejercicio de equilibrio.
Smith propuso diez
derechos asertivos básicos:
1. Derecho a ser tu propio juez
Es el principal derecho asertivo y de él se deriva el resto.
Ser tu propio juez implica el derecho a tener tu propia opinión, tu propio
sistema de valores y creencias y actuar en consecuencia. Esta actitud
conlleva asumir que eres el máximo responsable de tu vida, así como que puedes
elegir cómo pensar, cómo sentir y actuar en cada situación, liberándote así de
los mandatos sobre lo que se debe o no se debe hacer.
Ser tu propio juez significa también poder expresar a
los otros lo que sientes y piensas y afrontar que no les guste.
2. Derecho a elegir si nos hacemos responsables de los
problemas de los demás
Esto implica tratar de respetar nuestros intereses
al igual que los de las otras personas intentando buscar soluciones que
conjuguen esta fórmula siempre que sea posible. Lógicamente, habrá situaciones
en que ambos entrarán en conflicto y tenemos derecho a anteponer nuestras
necesidades a las de los demás.
3. El derecho a elegir si queremos dar o no explicaciones
Si eres tu propio juez y te comportas según tus valores,
pensamientos y opiniones, no tienes por qué justificarte ante los otros,
en el sentido de intentar convencer a nadie.
Obviamente, las otras personas también tienen el derecho
asertivo de poder expresar su opinión sobre si les gusta o no lo que estás
haciendo. En ese punto, la mejor fórmula es si es posible llegar a un acuerdo.
En caso contrario, puedes respetar tus preferencias u optar por las de ellos si
es eso lo que decides.
4. Derecho a cambiar de opinión
Dado que cualquier situación puede ser vista desde múltiples
puntos de vista y que la realidad está en permanente cambio, una persona
asertiva tiene derecho a cambiar de opinión.
5. Derecho a cometer errores.
Se trata de uno de los derechos asertivos de mayor
dificultad cuando caemos en la autoexigencia. Una actitud asertiva implica
juzgarnos a nosotros mismos por los errores que cometemos, asumiendo que fallar
es humano, es decir, algo normal y aprendiendo con responsabilidad del error
para evitar cometerlo en situaciones futuras, pero liberándonos de las
culpas asociadas.
6. Derecho a decir “no lo sé”
¿Podemos saber todo? No. Por tanto, ejercer este derecho
conlleva darse permiso para preguntar con tranquilidad sobre aquellas cosas que
dudamos, no tenemos claro o no comprendemos. No estamos obligados a
tener respuestas para todo.
7. Derecho a no necesitar la aprobación del otro
Estamos ante uno de los derechos asertivos más importantes
para conseguir armonía y plenitud en las relaciones personales. A todos
nos gusta agradar a las personas es imposible poder agradar a todo el
mundo. Conviene que de una forma asertiva aceptemos que hay personas a las
que no les gustaremos de igual manera que a nosotros no nos gusta todo el
mundo.
Condicionar nuestras acciones a la finalidad de gustar al
otro, puede llevarnos a no ser fieles a nosotros mismos, a nuestros principios,
a nuestros valores. Como señala Smith: “Nunca seremos libres si no somos
capaces de arriesgarnos a hacer lo que deseamos, incluso si esto puede llevar
consigo la antipatía del otro”.
8. Derecho a tomar decisiones ilógicas
Esto está relacionado con el primero de los derechos
asertivos, el de ser nuestro propio juez. Tenemos derecho a elegir nuestros
objetivos, a tomar decisiones al respecto que pueden escapara a la lógica de
otros, de la mayoría, pero que son coherentes con nuestros criterios y
valores.
9. Derecho a no comprender las expectativas ajenas
Ser asertivos significa que no tenemos la obligación de
adivinar lo que los otros necesitan y esperan de nosotros. Es difícil
descifrar expectativas ajenas y además, cuando nos embarcamos en ellos podemos
cometer muchos errores.
10. El derecho a no ser perfecto
Y por tanto a no querer intentar la perfección… Intentar
mejorar es positivo, pero también lo es asumir que queramos progresar pero que
no nos interese alcanzar la perfección. La actitud asertiva pasa por que cada
uno de nosotros juzgue y valide sus metas.
Estos derechos asertivos nos permitirán aplicar la asertividad en nuestra vida diaria.
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